Vane quería una sesión de boudoir (desnudo artístico), que quedara elegante. Quedamos en casa, y monté un estudio en el salón, de manera que pudiéramos estar cómodos, y que el tema fluyera. Se trajo a una amiga, y pusimos música que es primordial.
Las primeras fotos son las más difíciles, ya que normalmente hay nervios. Pero poco a poco le iba enseñando las fotos que sacábamos y al final salió un reportaje fantástico.